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miércoles, 30 de septiembre de 2015

... y llegó el eclipse de luna

Efectivamente, tal como se anunciaba con nuestro satélite en su punto mas cercano a la Tierra, el prigeo,  situada en ese punto especial en el que se alinean ambos cuerpos con el sol, punto simpre cercano a los equinocios, puntualmente llegó a la cita con la sombra que proyecta en el espacio nuestro planeta y cruzó por ella dejando de palidecer para sonrojarse (quizá con cierta verguenza).
En post anterior ya había anunciado las horas de los principales contactos para nuestras coordenadas, asi que no voy a tratar ese punto, solo lo referente a la noche del eclipse.
Aunque al comienzo de la observación amenazaban las nubes, no parecía la cosa muy grave ya que la Luna era bien visible a través de ellas, pero saltándose la costumbre local se fue despejando y las primeras sombras del inicio del espectáculo astrómico que se avecinaba dieron por finalizadas las pasadas de nubes. Eran la 01:06 TU con el eclipse ya claramente notorio, según la luna se ensombrecía la oscuridad normal de una noche sin ella ganaba intensidad mientras la zona ya oscura del disco lunar se tormaba rojiza ya incluso antes de llegar a su fase máxima en la totalidad.
Foto de las 02:44:49 a pocos instantes del maximo del eclipse

Una sensación de belleza especial inundaba el ambiente, la luna oscurecida pero visible con su tonalidad rojo negruzco en una noche estrellada y oscura que anuncia la llegada del invierno en transición con las constelaciones típicas del verano ya ocultándose en el oeste mietras por el este vemos aparecer las más llamativas del invierno.
Hay un fotométro instalado en el observatorio que mide la calidad del cielo participando en una red nacional llevada a cabo por la UCM que puede seguirse aqui. Este oscurecimiento gradual debido al eclipse deberia de hacerse patante en las medidas del fotómetro, así que fui a consultar los datos, en la centralidad el fondo del cielo había alcanzado la magnitud 21.38 mientras que cuando la luna todavia estaba llena antes del inicio era de algo más de la 17. La gráfica al lado es mas elocuente que toda explicación que pueda hacerse. Pasado el grado máximo, mientras esta recuperaba su faz birllante normal, la curva devolvía el resultado en una casi simetría tan solo rota principalmente por el cambio en las condiciones y la altura de la luna directa hacia su ocaso mientras ya se percibía que el alba llamaba a la puerta.


Otro aspecto curioso, que bien podría tener en algún modo recuerdo de esas sensaciones en los cambios ambientales, en esta ocasión las sensaciónes han dejado paso a las medidas. La estación meteorológica registra minuto a minuto las variables climatológicas, durante el eclipse se perciben algunos cambios sutiles de las condiciones, quizá casuales pero no deben ser muy ajenas al evento si nos fijamos en la coincidencia horaria.
Un ligero ascenso de la temperatura y de la humedad acompañado de un incrementeo en la velocidad del viento que deja a su fin una leve baja barométrica. Curioso si, pero esta registrado claramente.   

Os dejo con  imagenes de la sesión fotográfica de la noche dedicada además, como no podría ser de otra manera, a la observación visual a simple vista y con el telescopio.
Cada varios minutos en los que ya se percibian cambios en el avance o retroceso de la sombra encada una de las fases, la fotografía tomaba nota de estos; así en el tanscurso de todo el eclipse de principio a fin hice mas de 80 tomas. No es posible poner aqui un trabajo de este tamaño, por eso haciendo una selección, se puede resumir en esta secuencia que da cuenta de toda la belleza de esta especial noche de eclipse.
 

F. García
www.elobservatoriu.com















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